sábado, 24 de septiembre de 2011

VENECIA


Hace tiempo que no escribía en mi blog, que lo tenía pendiente, pero por unas causas u otras no podía sacar ese tiempo. Pido disculpas a los que me siguen, o me han mandado correos diciendo el por que no escribía.

El pasado 16 de Septiembre, decidimos mi mujer y yo hacernos un regalo, y no fue otro que irnos un para de días a Venecia. Por que Venecia? Por que me pareció una ciudad totalmente diferente, una ciudad cargada de historia y ahora se que no me equivoqué. Al igual que hice con mi viaje a Polonia, os dejo mi experiencia en Venecia, y espero que si alguien tiene intención de desplazarse, le sirva de ayuda. No se arrepentirá el visitar tan bonita ciudad.

Nada más llegar al aeropuerto de Marco Polo, nos dirigimos a las ventanillas de mano izquierda, buscando el medio de transporte, para poder llegar a la ciudad (Hay que decir que hay varios medios para acceder a la ciudad de Venecia, Autobús, quizás el más barato, el taxi acuatico, seguro que el más caro y después los Vaporetto) Bueno nosotros cogimos el vaporetto, de la compañía Alilaguna. Había leído, en diferentes webs, que era lo más aconsejable. Una vez cogido los billetes de ida y vuelta en el vaporetto (50 euros los dos) nos dirigimos a subirnos a los vaporetto, salida a mano izquierda y 10 minutillos andando, y al final hay está esa barcaza esperando llevarte a tu destino, pegando voces, de las paradas. Para ir a la plaza de san marcos línea azul o línea 1. Nuestra parada era justo la de antes de la Piazza de San Marcos, San Zaccaria. El desplazamiento desde el aeropuerto hasta la parada 1 hora, muy bonitas las vistas hasta llegar a la parada.

Nuestro Hotel era el “Locanda al León” situado en la calle Degi Albanesi, ni a 3 minutos de la parada del vaporetto. La Sensación del principio en adentrarnos en la calle para ir al hotel, era como ¿Dónde nos estamos metiendo? Por la estrechez de la calle, por la oscuridad. Una vez llegado al hotel, nos confirman lo que ya nos dijeron en la agencia y hay oberbooking y nos tienen que llevar a un apartamento. El conserje del hotel nos lleva rápido al apartamento, sin darnos tiempo a quedarnos con las calles, y nuevamente me invade la sensación de las calles estrechas, y la oscuridad. Cuando veo la calle donde estaba el apartamento, no salgo de mi asombro, una calle tan estrecha que con dos manos podía tocar las dos paredes (Calle Bragadin o del pinelli) pero mi asombro fue más grande cuando entramos en el apartamento, dos pedazos de habitaciones de matrimonio con lavabo, un comedor con cocina, tele etc.. y todo por el mismo precio.



Al irse el conserje, y ya que mi estómago estaba empezando a protestar, decidí buscar algo para comer rápido, y justo debajo del apartamento había una pizzería (Calle Lunga Santa Maria Formosa) Y la desconfianza del español, verás el palo que me van a pegar por un par de pizzas, pues no señores por 10 euros dos buenas pizzas, no solo buenas de buena si no del tamaño. Mientras me la hacían me fui a investigar, haber donde podía recargar la nevera, y de comida por si mi estómago en las altas horas de la noche decidía protestar otra vez. Justo pasado “Campo Santa María Formosa” tirando para delante, pasamos un puentecito (de los miles que se puede pasar a lo largo del día) hay una calle que se llama “Mondo Novo” y al final de la calle, eureka el supermercado (No solo tuve que investigar si no también preguntar con mi italiano de diccionario) Después de dar cuenta a las pizzas. Decidimos dar la primera visita a Venecia, y como no primera visita al “Puente de Rialto”.









Ya no empezaba a tener esa sensación de calles estrechas, ni de oscuridad, ya el pasado era más lento y observando todo lo que me rodeaba, siempre y cuando mi mujer no entrara una vez tras otra, a las tiendas de cristal de murano y de máscaras de carnaval. Lo curioso máscaras miles, y precios de una tienda a otra, miles también, mismo articulo de una tienda a otra te puedes ahorrar unos euros. Después de ver el Puente de Rialto ( tengo que decir que para mi no fue tanto como se dice) nos dirigimos al Mercato de Rialto. Y volvimos a empaparnos de tiendas.
De hay a la visita principal la Piazza de San Marcos. Impresionante la Catedral de San Marcos y palacio ducale. . Pero al visitante no se le puede pasar por alto el subir al “campanile” unas vistas de todo venecia, dándote la brisa fresquita, y por un momento parece que uno esté dentro de un gran escenario de cualquier película y eres un espectador desde las alturas esperando que en breve comience el espectáculo. Ya se nos hecho la noche encima, y decidimos que después de tanto ajetreo ir a cenar a casa con las provisiones y dejar para el Sábado las demás visitas.












17 de Septiembre, mientras nos dirigíamos al hotel, para desayunar, íbamos planeando que visitas íbamos hacer, claro está por parte de mi mujer, la isla de murano, y yo más cultural. Al final me llevé el gato al agua. Bueno el desayuno no era gran cosa, pero no me puedo quejar, zumo, croissant, galletas, café, pero todo muy familiar. Comedor minúsculo, para pocas mesitas, pero cogedor.

Y comenzaba nuestra verdadera visita a Venecia, empezamos a callejear, adentrarnos en las entrañas de Venecia, dicen que es viejo? Que huele mal? Para nada tuvimos mal olor en nuestra estancia, viejo, yo diría conservado en su origen, y eso es lo que hace bella a Venecia. Es un museo andante, cada puente, cada rincón, cada figura, cada casa. Ves la historia que ha pasado a lo largo de los años, por eso decidí que iría andando a todos los lados, para disfrutar. Decidimos ir Il Ghetto. Empezamos por la Calle “Giovanni e Paolo” y buscando la calle “Strada Nova” donde se puede encontrar otra infinidad de tienda de máscaras, cristal de murano y puestos de fruta y pescado. Y después de una horita y media andando llegamos a Il Guetto. Hasta hay parece que el tiempo se ha parado, hasta las aguas pasan en silencio. Como en tan poco espacio pudieron convivir tantos judios, un rincón de la vergüenza como pasa en infinidad de ciudades. Pudimos ver como hacían sus rezos en una especia de sinagoga, vestidos con sus trajes típicos, y mientras mi mujer se adentraba en una nueva tienda, yo con mi cara dura y mi poco italiano decidí que uno de ellos me diera una lección de historia. Después de salir del Ghetto, nos dirigimos a visitar la “Chiesa della Madonna dell´otto” paseando por las calles que nos habían aconsejado vecinos de Venecia “Fundamenta della Misericordia”












Después de un par de horas para la vuelta con las interminables paradas, nos dirigimos a comer. Complicado miles de menús, diferentes precios, y total como es normal siempre buscamos bueno, bonito y barato jajaja. Bien al final nosotros que somos más de sitios discretos, encontramos lo que buscamos, justo al lado del hotel. “Bar Oasi” menú a 12, 20 el menú completo. Spaguettis a la bolognesa, polpettone de pollo al forno( tremendo el polpettone, muy bueno) Tengo que añadir que en este mismo bar tiene variedad de menús y de precios.

Un descanso de una horita en el hotel y a seguir paseando, fuimos otra vez para el puente de rialto, para visitar la zona de San Polo. Y nada más pasar el puente rialto, una panadería pastelería ( Maduro de Forno de Canton) y probé por fin los famosos Canolis sicilianos, riquísimos. Paseando llegamos “Campo della Pescheria” Una sorpresa me esperaba allí que me llenó de alegría, vi españoles, y esa no fue la sorpresa por que ya nos habíamos cruzado con muchos antes, y por que estos en particular, por que portaban sendas camisetas de la República, con la tricolor en el pecho. Me dirigí a ellos y empezamos una charla política y haciendo amistad, grandes estos camaradas de Valencia que espero y deseo que sigan con ese pedazo de viaje hacia Austria y Polonia.
De vuelta nos adentramos por otras calles, donde mi sorpresa que llegué a una casa donde había una placa que ponía que Mozarta había estado hospedado en ella. Disfrutando de la noche veneciana y de la Bella Piazza de San Marcos una vez más, del famoso restaurante de “Froilan” no me quise dar el placer de los 10 euros que valía el café. Para terminar la noche nos fuimos a un restaurante a cenar “Trattoria Conca D´oro” (Campo San Flippo e Giacomo) Bueno el precio de las Pizzas (que todo hay que decirlo que las hacen tremendas) no eran abusivos pero si el de las bebidas.








Bueno espero que os haya gustado, os sirva de ayuda por si alguien tiene en su mente ir a Venecia.


Cien profundas soledades forman juntas la ciudad de Venecia -ésa es su magia. Una imagen para los hombres del futuro.
Friedrich Nietzsche