En Breve y como siempre hago, haré un resumen de mi viaje en dos partes a Sicilia.
Pero este viaje me ha servido para pensar mucho y encontrarme a mi mismo, y creo que lo he conseguido, por eso quería compartir con todos los que seguís mi Blog.
Era la primera vez que viajaba solo, siempre he sido una persona bastante independiente, siempre he creído, que nunca me ha hecho falta nadie a mi lado. Pero esta vez he sentido una sensación que nunca antes había tenido.
Los dos primeros días me tuve que enfrentar a la poderosa soledad, esa que te atrapa poco a poco, que se mete en tu cabeza, y no te deja. Esa soledad que hace que se te seque la boca, que tu corazón se te acelere, que la angustia poco a poco se te apodere de ti, y por poco consigue vencerme. El recuerdo en esos dos días de mis hijos, mis padres, mi pareja, mi hermana, mis amigos etc…… y sumirme a la más profunda de las tristezas.
Pero por eso mismo por ellos, por que era mi viaje, mi sueño, tenía que superarlo, y lo conseguí gracias a ellos.
Quiero decir que a sido un viaje para valorar mucho mas a esas personas que tengo a mi lado en todo momento, para darle importancia a las cosas que realmente la tienen, a luchar como he luchado contra la soledad por esas personas que merecen la pena, a no discutir si es blanco o negro, cuando ves que la otra parte no quiere ver más allá.
He conocido gente que en horas me han demostrado cosas de la vida que tenía olvidado, personas que pesé a no conocerme me han dado su amistad y me han tendido la mano.
Un viaje inolvidable, fui buscando la esencia del Padrino y el primer día nada más tocar Palermo ya la había encontrado.
Gracias a mis Padres, a mi Anuki, mi hermana y cuñado, mis hijos, mis amigos y amigas ellos saben quienes son, a Martina (Espero que esta vida le depare la mejor de las suertes en su interminable viaje al infinito) A Rosalva y Mari Angeles, que todavía ellas no se imaginan lo que me ayudaron a superar esta dura prueba y como no a mi amiga y camarada Patrizia, como bien ella dijo llega un extraño a tu casa y se va un amigo, una mujer que hizo de madre, de amiga, de compañera y de guía. No tengo palabras suficientes para agradecerle todo lo que me aporto.
En fin, un viaje lleno de aventuras, que en breve os lo contaré y espero que disfrutéis lo mismo que he hecho yo.
La valía de un hombre se mide por la cuantía de soledad que le es posible soportar
Friedrich Nietzsche
