martes, 9 de junio de 2009

A MIS ANTIGUOS COMPAÑEROS DEL COLEGIO BALMES

22 Años se dicen pronto, casi un cuarto de vida sin vernos, sin tener relación alguna entre la mayoría de nosotros, un simple hola, un hasta luego y en muchos casos ni eso.
Las nuevas tecnologías, y en especial este nuevo invento de Facebook, consiguió, lo que cualquier persona con ganas hubiese conseguido hace ya años.
Los meses previos, se notaba el ambiente con ganas, tod@s nos parábamos hablando del ansiado día, los mensajes por el correo eran continuos y así día tras día hasta que llego el momento deseado por tod@s.
Una noche donde esos nervios se quedaron apartados en un rincón para no salir en toda la noche, los abrazos y los besos se adueñaron de una noche mágica, y los sentimientos se dejaron notar en algunos instantes de la cena.
La sala alborotada por la música y todos brincando fue lo más parecido, a aquellos recreos en la misma aula de la balmes, como no, los mismo alborotadores volvieron a alborotar, pero eso si, sin que esta vez ningún profesor pusiese orden en la clase. Lo mejor que todos estábamos igual, éramos niños grandes haciendo lo que habíamos hecho tan solo 21 años antes, el aspecto era lo único que había cambiado, mas calvos, mas gordos y las mujeres tan guapas como cuando eran niñas. Pero imperaban las mismas ganas de ser amigos, de pasarlo bien, y por esos instantes deseando que el tiempo se parase como cuando éramos niños.
Para mi ese tiempo se paró, en ese corto tiempo añoré a dos amigos que por desgracia no estuvieron presente en cuerpo, pero si en nuestros corazones. Las preocupaciones dejaron paso a un brote de felicidad que inundo todo el ambiente, y los recuerdos se adueñaron de la velada.

Como bien he dicho antes éramos niños con tan solo 21 años más.
Por que si tuviera que nacer otra vez, fuese de nuevo Jesús Ríos y mi colegio, el colegio Balmes, y mis compañeros todos ustedes, por lo menos podría volver a pelearme con el Raúl y jugar con la Nati, e incordiar a todas y cada una de las niñas.

NUNCA OS OLVIDARÉ


Hay momentos en la vida cuyo recuerdo es suficiente para borrar años de sufrimiento.
François-Marie Arouet Voltaire

2 comentarios:

Membry dijo...

Simplemente IMPRESIONANTE....todos tenemos k tomar ejemplo.. hacer memoria y rekordar el pasado, nuestra infancia, colegio, etc,etc...
He sentido muxa ENVIDIA

Un saludo MEMBRY

Manolito dijo...

¡¡Que grande erés Jesús!! no creo equivocarme al afirmar que esa química que flotó en el ambiente de aquella cena nos llegó a todos; no podía ser de otra manera. Lo cierto es que practicamente todo eran buenos recuerdos ¿como íbamos a quedarnos indiferentes?

Ahora, tras el paso de los años y con este otro punto de vista que te da el transcurrir de la vida, me siento realmente afortunado de haberos tenido como amigos y compañeros. ¡Que bien lo pasamos! mira que hicimos travesuras y eramos... un poco "trastos" pero ¡menuda infancia!. Nos pasábamos la tarde entera en la calle jugando y dejando los deberes para última hora, je..je... (imagino que lo de los deberes no habrá cambiado mucho hoy en día)

Pues ha pasado muchísimo tiempo y esta cena llegó en un momento muy adecuado; hace cinco años ninguno de nosotros lo hubiera imaginado y, tienes toda la razón, de este imparable avance de las nuevas tecnologías a veces sale algo bueno.

Sinceramente me encantó de verdad veros de nuevo, fue emocionante y tremendamente bonito encontrarnos. Tal y como expresas eramos niños con 21 años más.

Aquella noche nuestras neuronillas desenpolvaron muchos recuerdos y sobre todo EMOCIONES, por eso nos gustó tanto. Nos sentimos niños de nuevo, vivos, llenos de energía, alegría e ilusión; al estar juntos de nuevo volvimos un poco a nuestra niñez.

Y en mi recuerdo también vuelvo a columpiarme con Raul en los columpios de la plaza de la concordia y ha hablar con la nati mientras haciamos la fila para entrar al cole.

Es más, toda la emoción que surgió aquella noche fue en su nombre, fue por ellos porque ya no pudieron estar con nosotros.
Fue un pequeño y merecido regalo que le brindamos y creeme si te digo que esa noche desde el firmamento alguna estrella al vernos sonrío agradecida y emocionada pues sabia que en aquel instante todos sentíamos por ella.