jueves, 19 de junio de 2008

CAMINAR PARA ATRÁS NI PARA COGER IMPULSO.


Ahora el Consejo Europeo, principal órgano decisorio de la UE, quieren aprobar aumentar la jornada laboral a 65 horas semanales, retrocediendo un siglo en los derechos sociales.
El 22 de Diciembre del año 1982 se aprueba en España rebajar la jornada laboral a 40 horas semanales, y el periodo vacacional fue aumentado a 30 días para todos los trabajadores.
Soy de los que pienso que no se debe andar para atrás ni para coger impulso, como puede ser que hayamos gente defendiendo la reducción laboral a 35 horas semanales, para poder reducir el índice de paro que tenemos a día de hoy, y también así poder conciliar una vida familiar de lo mas normal del mundo, pudiendo disfrutar mas de nuestros hijos. Mientras altos cargos europeos con aires de neofascistas, tienen la brillante idea de hacer un atentado a la Declaración Universal de los Derechos Humanos, implantando una subida en la jornada laboral, estos terroristas cogen como modelo a China donde hay gente que cobra de 75 a 100 euros mensuales por 16 horas semanales y con un solo día de descanso semanal. También tenemos el ejemplo de Bulgaria, 90 euros mensuales, o Rumania con 150 euros semanales.
Ahora en España por lo pronto nuestro Gobierno a dado por negativa, el aumentar la jornada laboral, creo que no es hora de ponernos las manos en la cabeza y luchar contra la maquinaria que intenta aplastarnos por que puede ser que un día este gobierno de por aprobado este acuerdo, temiendo la huida de las empresas pequeñas y grandes multinacionales, ha países como los citados anteriormente, con mano de obra mas barata, y gobiernos que le consentirían la libre explotación.
Hay que tener miedo a la enfermedad, pero nunca a revindicar y luchar por nuestros derechos, la unión hace la fuerza y ya es hora que los trabajadores nos unamos y luchemos juntos como antaño, para trabajar para vivir y no vivir para trabajar.

Al trabajo le llaman virtud los que no tienen que trabajar, para engañar a los que trabajan.
SANTIAGO RUSIÑOL

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