Después de despedir el año que nos ha dejado, de la forma tradicional entre uvas y cava, me he expuesto a su debido balance, el cual por mi parte lo valoro de bastante positivo.
El año, en la cual mi espíritu de lucha ha vuelto a resurgir del sueño profundo en el cual lo tenía sometido, un año donde me ha servido para experimentar cosas de las que nunca me creí capacitado y he salido con aire victorioso, un año donde he sabido valorar más aún el sentido de la palabra amistad demostrando una vez más que la distancia nunca tiene porque ser el olvido (Chesco y Cueto va por vosotros), un año donde la palabra imposible una vez más la he tenido que cambiar de mi diccionario particular por todo es posible si uno realmente lo cree, como no, este año no sería tan positivo en el aspecto personal si no fuese gracias a los que me tienen que aguantar día a día mi mujer Cristina, por su calma y paciencia, y como no al terremoto de la casa y la luz que me ilumina cada día, mi hijo Alex.
También ha sido el año, de una crisis negada día tras día por este gobierno, donde el índice de paro sigue creciendo a medida que los días van pasando, es el año donde por fin en mi pueblo unos que se hacen llamar políticos se han quitado la careta de una vez por todas y empiezan a mostrar su verdadera cara, un año donde las guerras por desgracia prevalece por encima de todo lo demás.
Si tuviera que pedir para este futuro inmediato que es el 2009. Que siga luchando y defienda con uñas y dientes todo aquello por lo que creo y siento, que me blinde este año de salud a mi y a todo aquel que me rodea, que este frío glacial que nos azota aproveche para congelarle a algunos las pocas y malas ideas que tienen, que sea este el año de por fin acabar con la pobreza que tenemos en el mundo, que se exterminen una vez por toda estas guerras inútiles que solo nos traen muertes y miseria y que ese dinero del armamento sea destinado a escuelas, hospitales etc. Así podría estar llenando mi blog y creo que llenaría unas cuantas páginas, pero como dijo aquel, por pedir que no quede.
El futuro tiene muchos nombres: para el débil es lo inalcanzable, para el miedoso, lo desconocido. Para el valiente, la oportunidad.
Víctor Hugo.
El año, en la cual mi espíritu de lucha ha vuelto a resurgir del sueño profundo en el cual lo tenía sometido, un año donde me ha servido para experimentar cosas de las que nunca me creí capacitado y he salido con aire victorioso, un año donde he sabido valorar más aún el sentido de la palabra amistad demostrando una vez más que la distancia nunca tiene porque ser el olvido (Chesco y Cueto va por vosotros), un año donde la palabra imposible una vez más la he tenido que cambiar de mi diccionario particular por todo es posible si uno realmente lo cree, como no, este año no sería tan positivo en el aspecto personal si no fuese gracias a los que me tienen que aguantar día a día mi mujer Cristina, por su calma y paciencia, y como no al terremoto de la casa y la luz que me ilumina cada día, mi hijo Alex.
También ha sido el año, de una crisis negada día tras día por este gobierno, donde el índice de paro sigue creciendo a medida que los días van pasando, es el año donde por fin en mi pueblo unos que se hacen llamar políticos se han quitado la careta de una vez por todas y empiezan a mostrar su verdadera cara, un año donde las guerras por desgracia prevalece por encima de todo lo demás.
Si tuviera que pedir para este futuro inmediato que es el 2009. Que siga luchando y defienda con uñas y dientes todo aquello por lo que creo y siento, que me blinde este año de salud a mi y a todo aquel que me rodea, que este frío glacial que nos azota aproveche para congelarle a algunos las pocas y malas ideas que tienen, que sea este el año de por fin acabar con la pobreza que tenemos en el mundo, que se exterminen una vez por toda estas guerras inútiles que solo nos traen muertes y miseria y que ese dinero del armamento sea destinado a escuelas, hospitales etc. Así podría estar llenando mi blog y creo que llenaría unas cuantas páginas, pero como dijo aquel, por pedir que no quede.
El futuro tiene muchos nombres: para el débil es lo inalcanzable, para el miedoso, lo desconocido. Para el valiente, la oportunidad.
Víctor Hugo.
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